Tengo una pelea dentro de poco. No he querido contarte detalles para no asustarte pero será dura. Dicen con razón, que las peores luchas son las que uno tiene consigo mismo. El ring será mi vida a pesar de que muchas veces he terminado en la lona. Han pasado los días y realmente el resultado ya no me importa. He corrido durante muchas horas tras mi tiempo perdido. No voy a negar que he perdido más tiempo ya que ni siquiera lo he encontrado. Sólo sé que de todas las peleas, esta es diferente porque ahora estas en mi esquina.
Pensarás que soy un tonto, que repito el mismo chiste, que hago lo que sea por caerte simpático, que revoloteo a tu alrededor como en órbita para algún día estrellarme contra ti. A veces no puedo conmigo mismo y digo cosas muy malas. A veces no puedo ni hablar bien y me olvido de que eres el amor de mi vida. Son los recuerdos que nunca se callan, y contra ellos pelearé este fin de semana. Pero ambos sabemos que es posible que no alcancemos el final. Lo importante es la lucha y que estés a mi lado.
A veces quisiera adivinar todos los finales, cerrar los ojos y volver a casa. Quisiera que la angustia no se apodere de mis días. Trato en lo posible de engañarme una vez más y creer que todo en este mundo es posible. Yo ya no corro por algo en concreto. Me dirás que soy un bruto pero la verdad es que cambiaría todos los diplomas por una vida sin la presión, la desesperanza y los gritos. Pero así se mueve el mundo y aunque no quisiera, estamos atados al tiempo que tenemos. Ese tiempo inclemente ahora lo comparto contigo.
La pelea ya no me da miedo. Miro por la calle y casi nadie corea mi nombre. Sólo escucho el susurro de tu voz despertándome cada día. Abro la puerta pensando que hoy es mi día y que esta vez no me tendrán contra las cuerdas. Y seguiré pensando en la pelea y no en el resultado, porque sabemos que no podemos. Aunque algo nos diga que si la hacemos, la incertidumbre es lo bello en este juego. Pase lo que pase, te veo al final después de que toque la campana.
Inspirado en una canción de Francois Peglau.