Yo te recuerdo entre policías. Recuerdo esos zapatos de hombre, tus bolsos que alguna vez fueron amarillos, tu pelo sin peinar. Recuerdo el lente de tu cámara, los almuerzos eternos en tu casa, niños volando, y los gatos.
Te recuerdo entre policías. Seria. Me gustabas seria. Seria. Te recuerdo mirando la pista, y a esas flores amarillas. Te recuerdo en la puerta del mercado, llamándome por mi nombre y por mi apellido. Recuerdo cumbias, muertes, cerveza, palabras, abrazos, fotos y muertes. Pero no tu muerte.
Tu voz era un avión que cruzó mi pecho. El ruido aún no había acabado cuando mordí el piso. Y recuerdo tus pies y mis pies, en la vereda y en la arena, en el olor a canela. Y me recuerdo a tus pies. En el olor a albahaca, a talco, a pared, a biblioteca.