Estoy sentado, escondido, olvidado en una butaca de un
teatro, sin querer me he dejado llevar por una historia que me destruye por
dentro y me hace ver que existe tanto amor en el aire que no puedo contenerme
de imaginar una lágrima caer sin consuelo detrás de un sueño.
Un sueño en que puedo llevarte del brazo y transformar una
puesta en escena haciendo de ella tu hogar, donde yo, al llegar te invite a
volar y verte sonreír y cantar, ver deslumbrante tus ojos brillar.
No quiero despertar, la realidad siempre es el lugar donde
me siento distinto a los demás, donde no hago más que imaginar que puedo llegar
a ser alguien mejor y recuerda que imaginar nunca es mejor que soñar.
Esta realidad me deja tras una puerta con el miedo eterno de
decepcionarte, por eso hoy te digo con aquella majestuosa honestidad que ya estoy
cansado de despertar, hoy ha llegado la hora de mi acto final y podré, por fin,
dormir como una persona normal.
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