Recuerdo que te conocí criticando mi trabajo, con el tiempo aprendí
a criticar el tuyo, no fue agradable pero fue lo mejor, dependí de ti como
dependo de aquellas largas horas para producir arte, arte que sé que te emociona
despreciar, arte que te pasarás horas tratando de desacreditar inventando
alguna nueva teoría de que todo es arte menos aquel trabajo mío que te hace
delirar.
Han pasado más de dos años desde que te conocí, ahora te veo
mirando atardeceres sin flores, mordiendo una manzana que de seguro estará envenenada, una manzana que
me la darás y la comeré como si fuera el último fruto que brotó de la tierra,
porque tus manos son mi llaga, y también, son las que al final me salvan.
Amor enfermo, gritan por las calles, como se ve que no
tienen idea, tú en lo tuyo, yo en lo mío, inspirándonos mutuamente creando un
infierno en nuestro hogar, si no quema al estar juntos no podríamos arder igual,
aquellos encuentros de dependencia que hacen de nuestro lecho la mejor
fotografía romántica que podría imaginar, que podrían tolerar.
Te conocí en un invierno vacío, ahora me quemo en tu verano.
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