No te das cuenta de que estoy bien, le dijo mientras lo acorralaba
con su brazo contra la pared, cuántas veces tengo que decirte de que no estoy
loco, maldita sea, ¡cuántas veces!, empezó a alterarse mientras todos en la
sala quedaron inmóviles al verlo tan fuera de sí.
Uno de los presentes trató de separarlo, pero la fuerza que
ejercía contra el pobre tipo de corbata era tal que parecería que su brazo se
había convertido en una vara de acero que quería traspasar aquel cuello para
fundirse con la pared, Suéltalo, gritos, sollozos de mujeres, Ha perdido la razón,
forcejeos, la sala esa tarde se convirtió en un manicomio sin control.
Al día siguiente todo parecía un mal sueño, un mal sueño
después de la peor y más desagradable resaca, tomó un vaso con agua y bajó las
escaleras, la sala estaba en orden y al parecer nadie había destruido la ventana
después de haber volado por la habitación, todos estaban ahí, sentados esperando
algún tipo de explicación.
Después de contar aquel sueño tan raro, uno de los que
estaban sentados, uno que usaba una ridícula corbata de oficina, le dijo que ellos
no estaban ahí para una maldita terapia y que conocía a una enfermera que podría
ayudarlo si no se sentía bien…después de eso el nido, la razón y la cordura se
desplomaron en mil pedazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario