lunes, 3 de octubre de 2011

High Fidelity (2000) - El tiempo y el clima (y tú) me han cambiado.


Francisco Nixon canta en una canción que no puede creer que te hayas casado con otra persona. No puede creer tampoco que nunca serán abuelos, y que todo lo que le has dado era vulgar. Yo tampoco podría tolerar ese universo dónde te vas con otro. Cada día mi espacio se reducía por cada tontería que envenenaba mi cerebro, es como si me robara centímetros de territorio y me obligaban a retroceder. Cada pequeña tontería, le llamabas. A veces terminaba el día exhausto.



Los veía a todos revolotear como los patos de ese juego de la pistola y el perro. Y el perro se burlaba de mí todos los lunes después de la cena. Los veía en la sopa, en el segundo, los veía en las cremoladas y en los chocolates que me negabas. Los veía en lentejas, los veía en los autos, en las combis, en los paraderos. Los veía en los pastos, al acecho. Los veía dentro de mi cabeza, todo el tiempo. Y yo no decía nada, claro.


Te he dicho que no soy esa clase de chico. No lo soy. De verdad. Pero sabes que suelo tropezar con el mismo pie y por la misma tontería. Yo ya me cansé de aquél tipo que era, ese de los celos y que lloraba como nena cada vez que el tipo ese te sobornaba con una salchipapa, sólo por un beso. Ya me cansé del tipo que yo era y que esperaba que el tiempo se vuelva humilde y me deje vivir. He dejado de perder la dignidad cada viernes que no me llamas, o cada día de lluvia sin un beso tuyo. Me cansé de sentirme un acróbata. Me cansé de ser yo. Ahora soy tuyo.


Tal vez vivo la realidad y destruyo fantasías. Todas las fantasías me jugaron mal, o yo no supe jugar. Yo ya no juego, y eso es lo bueno. Después de un "te quiero" tuyo, prefiero la realidad en vez de ir saltando por las piedras esperando el número ganador. Yo soy el número ganador en estos días, y la vida contigo es el premio.

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