La vida es una película mala. Hay momentos que nos gustaría evitar. Preferiríamos escondernos hasta que terminen de pasar. Quisiéramos que no nos toquen, pero nos tocan, de una u otra forma, cerca o lejos, de cualquier forma. Lo peor es que la muerte no avisa.
Wilson atraviesa el cielo en un avión que no alza vuelo. Las cosas en su mente resultaban mejor, como las vacaciones y los veranos, o los viajes de vuelta a casa o las discusiones. Wilson está detenido en la vida, como un intento tímido de volver en el tiempo y evitarlo todo de nuevo. Wilson sobrevive a su propia eternidad imaginaria, provocada por una película mala.
¿Qué sucede después de la muerte cuando aun estas vivo? No me gustaría estar vivo si mueres. No me gusta pensar que podrías morir y no puedo evitar pensar que eso podría ocurrir. Es malo, todo es malo cuando pensamientos como tu ausencia me sumergen en un mar de incertidumbre.
Por eso prefiero, de mil formas, vivir en tu vida. Todo en un fin de semana puede cambiar en mi estado de ánimo pero cada vez que te veo, puedo volver a sonreír.
De todas las ausencias, la tuya sería la peor. Tu ausencia sería la más terrible de las películas malas. Tan terrible que evitaría dormir en nuestra cama, o cruzar nuestra calle. Evitaría todo de nuevo. Como pensar que puedes responder desde la ducha, o atravesar el pasillo como si nada te hubiera ocurrido... y experimentar una vez más, lo que en tus últimos segundos pudiste pensar.
No te vayas nunca.
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