lunes, 31 de octubre de 2011

In the Name of the Father (1993)


Los días más oscuros siempre tuvieron esa solemnidad con la que tú lo solucionas todo. Tomas desde siempre todos mis errores como tuyos, y los pocos triunfos como sólo míos. Porque siempre has creído que cada uno puede lograr llevar su propio destino. No puedo reclamarte nada. Incluso yo he tenido peores fracasos y siempre estuviste atrás, jodiendo claro, pero atrás… empujando la nave a tu manera.



He vivido muchas cosas solo. No te he compartido mucho porque a veces pienso que no entenderías. Pero entiendes todo. Tienes el alma joven y a donde vayas siempre tienes un punto de vista que nos diferencia de los demás. He vivido muchas cosas malas, y me alejé de ti para evitar esa mirada cansada de mis pasos en falso, de mis saltos al vacío, de mis retornos arrepentidos.


Hoy al despertar tuviste miedo de que uno de los dos no pueda continuar, pero si llegase el día siempre nos tendremos al costado. Me imagino todos los días, tratando de guiar bien, aunque no soy muy bueno ni el más inteligente, creo puedo llevar las riendas si me lo pides. Y si algo sale mal, se que te alejarás un poco para que pueda encontrar la respuesta, aunque siempre tenga que buscarte con la mirada.

Hoy he escrito y hecho varias cosas que podrían llevar tu nombre. Hoy no puedo reclamarte nada, hoy podría escribir el cambio, ver las cosas desde otro lado, terminar historias que comenzaron mal, recordar las que comenzaron bien. Y de nuevo caminar… junto a ti.

lunes, 24 de octubre de 2011

The Fountain (2006): Juntos por siempre


El último día de rodaje de “The Fountain”, la misma Rachel Weisz le preguntó a Hugh Jackman cuál era para él el significado de la película, Hugh le respondió, diciendo que lo que le diría nunca lo hablaría con ningún reportero ni en el día del estreno, que se trataba sobre la expansión que uno sufre al ir más allá del bien y el mal, del hombre y la mujer, del amor y el desamor, la vida y la muerte, en sí el ir más allá de la dualidad con la que el ser humano vive y se desarrolla día tras día. ¿Y a la prensa que les dirás, Hugh?, que se trata de una historia de amor.


La película es ese viaje hacia la expansión, hacia la libertad de entender el verdadero significado de la unidad, donde el bien y el mal se unen en un solo ente, “The Fountain” es la búsqueda a través de un viaje a partir del encierro de un hombre que quiere descubrir el método de poder vivir eternamente con la mujer que ama. Es el “2001: Odisea del Espacio” de Darren Aronofsky, donde explora esa frase que solemos decir cuando estamos enamorados sin meditarla mucho: “quiero estar contigo por siempre”.


Y es que dicha frase puede ser cruel si no sabemos controlar la obsesión, desesperación e inseguridad que existe tras ella, ya que en el fondo es la búsqueda del querer fusionarnos con la persona que creemos es el amor de nuestras vidas, es negar toda lógica real, es ir más allá, es la búsqueda de la vida eterna pero entendiéndola como la liberación fuera de la barrera de nuestros cuerpos mortales. La inmortalidad es la entrega, sumisión y acatamiento a la muerte.


La muerte para generar la vida, difícil de aceptarlo, espiritualidad que se pierde a veces en lo banal de la sensación de perdida, de creer que todo acaba en un día, que te sientes devastado tras un cita que no existió, tras una llamada perdida, encogido en una cama un domingo cualquiera esperando aquel feriado que te calme, aquel mensaje de ayuda, aquella medicina del cambio, buscando la sabia del árbol de la vida que te permita decirle que pueden llegar a ser aquel Adán y Eva que nunca debieron ser expulsados de aquel jardín inmaculado.

lunes, 17 de octubre de 2011

Love Liza (2002) - Ausencia

La vida es una película mala. Hay momentos que nos gustaría evitar. Preferiríamos escondernos hasta que terminen de pasar. Quisiéramos que no nos toquen, pero nos tocan, de una u otra forma, cerca o lejos, de cualquier forma. Lo peor es que la muerte no avisa.


Wilson atraviesa el cielo en un avión que no alza vuelo. Las cosas en su mente resultaban mejor, como las vacaciones y los veranos, o los viajes de vuelta a casa o las discusiones. Wilson está detenido en la vida, como un intento tímido de volver en el tiempo y evitarlo todo de nuevo. Wilson sobrevive a su propia eternidad imaginaria, provocada por una película mala.



¿Qué sucede después de la muerte cuando aun estas vivo? No me gustaría estar vivo si mueres. No me gusta pensar que podrías morir y no puedo evitar pensar que eso podría ocurrir. Es malo, todo es malo cuando pensamientos como tu ausencia me sumergen en un mar de incertidumbre.
Por eso prefiero, de mil formas, vivir en tu vida. Todo en un fin de semana puede cambiar en mi estado de ánimo pero cada vez que te veo, puedo volver a sonreír.



De todas las ausencias, la tuya sería la peor. Tu ausencia sería la más terrible de las películas malas. Tan terrible que evitaría dormir en nuestra cama, o cruzar nuestra calle. Evitaría todo de nuevo. Como pensar que puedes responder desde la ducha, o atravesar el pasillo como si nada te hubiera ocurrido... y experimentar una vez más, lo que en tus últimos segundos pudiste pensar.

No te vayas nunca.

lunes, 10 de octubre de 2011

Vanilla Sky (2001): La escena de la que no quiero despertar


Prefiero la versión de Crowe a la original de Amenábar porque tal vez fue la primera versión que vi, porque tal vez yo también saldría de mi casa escuchando un disco de Radiohead, porque tal vez siempre sueño con el día en que pueda llevarte del brazo como aquella portada de Bob Dylan, porque tal vez para mí siempre fuiste una pintura de Monet.


Los sueños a veces están cargados de mucha maldad, más aún cuando sientes que es el mejor que has tenido y sin dudar puedes responder a ese alguien que te pregunta ¿para ti qué es la felicidad?



Esos sueños siempre tienen la apariencia de ser la película perfecta creada para ti, donde puedes verla bailar al ritmo de aquella canción lenta de Sigur Ros y, sin avisar, ambos pueden convertirse en ese par de gatos que no quieren prolongar el placer, que simplemente no quieren despertar.


Nunca olvidaré la escena en la casa de ella, donde sentiste también la sensación de decir que esa sonrisa te podría matar, donde dentro de ti dijiste que esta vez todo podría estar bien, que ella podría ser tu chica ideal, nunca olvidaré esa escena porque es cruel, porque se parece a un sueño que recurre a mí y que nefastamente suele terminar.


lunes, 3 de octubre de 2011

High Fidelity (2000) - El tiempo y el clima (y tú) me han cambiado.


Francisco Nixon canta en una canción que no puede creer que te hayas casado con otra persona. No puede creer tampoco que nunca serán abuelos, y que todo lo que le has dado era vulgar. Yo tampoco podría tolerar ese universo dónde te vas con otro. Cada día mi espacio se reducía por cada tontería que envenenaba mi cerebro, es como si me robara centímetros de territorio y me obligaban a retroceder. Cada pequeña tontería, le llamabas. A veces terminaba el día exhausto.



Los veía a todos revolotear como los patos de ese juego de la pistola y el perro. Y el perro se burlaba de mí todos los lunes después de la cena. Los veía en la sopa, en el segundo, los veía en las cremoladas y en los chocolates que me negabas. Los veía en lentejas, los veía en los autos, en las combis, en los paraderos. Los veía en los pastos, al acecho. Los veía dentro de mi cabeza, todo el tiempo. Y yo no decía nada, claro.


Te he dicho que no soy esa clase de chico. No lo soy. De verdad. Pero sabes que suelo tropezar con el mismo pie y por la misma tontería. Yo ya me cansé de aquél tipo que era, ese de los celos y que lloraba como nena cada vez que el tipo ese te sobornaba con una salchipapa, sólo por un beso. Ya me cansé del tipo que yo era y que esperaba que el tiempo se vuelva humilde y me deje vivir. He dejado de perder la dignidad cada viernes que no me llamas, o cada día de lluvia sin un beso tuyo. Me cansé de sentirme un acróbata. Me cansé de ser yo. Ahora soy tuyo.


Tal vez vivo la realidad y destruyo fantasías. Todas las fantasías me jugaron mal, o yo no supe jugar. Yo ya no juego, y eso es lo bueno. Después de un "te quiero" tuyo, prefiero la realidad en vez de ir saltando por las piedras esperando el número ganador. Yo soy el número ganador en estos días, y la vida contigo es el premio.