jueves, 3 de enero de 2019

Moneyball (2011): La tentación del fracaso



Esta noche me escribo a mi mismo. Esta noche he llenado, después de incontables noches, dos hojas enteras con ideas, conceptos, leyendas, refranes y resultados. He completado dos hojas. Dos. Dos universos enteros, dos idas y vueltas, dos océanos, dos eternidades imaginarias. Dos. Esta noche he zarpado en un viaje de al menos dos años, como quien se embarca al enigma infinito sin retorno de un barco ballenero.
 

El universo es una manta de posibilidades. En esta manta descansan nuestros amuletos, nuestros sueños, nuestras cábalas, nuestra fortuna. Esta manta, que es en realidad una cuerda que nos ata al éxito, sirve de prueba, y nosotros interpretamos al equilibrista ebrio. Y la prueba, entre uno que otro infarto, es un proceso. No hay red. Solo la tentación de fracasar otra vez.


Comencé la primera hoja con el título de un libro. Y terminé la segunda hoja con una idea. Es un proceso, me repito. Es un proceso. 


Deseo terriblemente que esta noche no sea la última noche. Esta noche he avanzado más que todas las noches juntas en las que solo dormía. Del sueño y el reposo no esta cimentado el mundo. Y descubro finalmente que el problema es, sin lugar a ninguna duda, el miedo. Hazlo, me repito. Hazlo con miedo, pero hazlo. 


Todo es un proceso, y estamos juntos en esto.