jueves, 31 de diciembre de 2015

Bitter Moon (1992): La melancolía eterna de sufrir de amor


Ni en el presente, ni en el pasado, ni en un futuro juntos, en un tiempo indefinido, omnipresente, oculta y latente, ausente y cruel, en otras palabras, mala; mala porque eres la única persona en el mundo que puede sacar lo peor de mí, capacidad maligna, virtud a la que recurro siempre sin ninguna alternativa porque destruiste los demás caminos por el simple gusto de verme arder.


Manipulación, juego maquiavélico en el que me convierto en el medio siendo mi fin tu fin, tu meta que te haría sentarte entre mis cenizas mientras fumas aquel cigarro que siempre quise que dejes de fumar, con esa sonrisa que me hacía pedirte perdón cada vez que amenazabas con querer irte con un cuchillo entre tus piernas y un beso entre el gatillo y mi sien.


Me he puesto una casaca en verano para ocultar las cicatrices, aunque la verdad es que lo hago más para protegerme, guantes si debo defenderme, aunque acabaría siendo el culpable, mientras todos dirían cómo pude hacerlo, en qué clase de monstruo me he convertido, mientras las manijas del reloj, aquella cama, los anteojos negros, la madrugada que se hizo día recordarán mi triste travesía.



La noche se hizo tiniebla mientras aún recuerdo tus planes, sé feliz intente decirte, buena suerte y hasta luego, pero aún lloras delante de todos en aquella fiesta, buscando la felicidad, la dicha y el destino que harán que encuentres al indicado, aquel que nunca te hará daño, al tipo que de verdad te valore, mientras por un audífono sigues susurrando que no pararás hasta hundirme en la melancolía eterna de sufrir de amor.    

    

martes, 8 de diciembre de 2015

Magnolia (1999): Una bolsa llena de remordimiento


Me he pasado diez noches, separadas por varias semanas entre sí, despierto. No intenté dormir y vi el reloj marcando cada hora tan rápido como si fuera lo único que tuviera que hacer. El tiempo no es más que un crucifijo tratando de llegar a mí. Al menos así lo veo. Mientras esos pájaros alardeaban sobre el nuevo día y su plenitud de oportunidades, yo susurraba algunos nombres seguido por un lamento onomatopéyico. Durante esas noches en vela, reescribí mi vida.


Lo hacía hasta que algo o alguien me dijo:

“En serio,  ¿necesitas a todas esas personas de vuelta?... Me refiero, algunas ya se han muerto. Si no les dijiste lo que tenías que decirles, probablemente ya se hayan enterado. Si tenías que escucharlos, pues imagina que te lo dijeron y ya. En serio, ¿necesitas que ella vuelva? ¿Qué ellos te perdonen?” Una disculpa estaría bien. “Cojudeces, no hay mejor fórmula que el olvido. Tienes demasiada información estúpida e inservible, y todas esas personas ya descartaron quién eres, qué haces, dónde vives y para dónde vas. ¿Te sirve ahora? A mí no me serviría ese número de teléfono, ni esa dirección, ni ese discurso, ni esas fechas, ni esa culpa, ni esas caras ya.”



¿Bastaría con olvidar? “El pasado ya terminó contigo. No hurgues más. Termina tú con él. Ahora que puedes, hazlo. Despréndete. Respira. Recupérate. Levántate. Y anda.”



La onceava noche la separé para mí. Y me quedé dormido.  


Crucé los dedos al despertar, esperando que todos se hayan ido. 


martes, 27 de octubre de 2015

El Elefante Desaparecido (2014): Caminos de bárbaros


Pues bien, reconozco que fuiste mi película mala, la peor de todas, a la que volvía sabiendo que, aunque no exista, podía tener el pretexto de creer que la felicidad existía, a la que podía seguir en caminos de bárbaros con la idea de conquistar la tierra prometida.


Nunca entendí tu natural crueldad, la que salía con demasiada facilidad cuando me podías hacer creer que el día era noche y que el sol podía girar alrededor tuyo si se lo pedías, incapacidad de terminar una historia que imaginé tantas veces que tendría un final feliz.


No sé si tiene sentido recordar que me decías que nunca tenías miedo, que el mundo era una canción que llevabas en tu walkman con tus audífonos multicolores, lo hacías tan fácil que era tan real creer que podía deshacerme de cualquiera que intentará tan solo acercarse...


Ahora recuerdo como un día lejano aquella mañana que no apareciste  más, a veces tengo la sensación de que solo fuiste un sueño de larga duración, o a veces, en los peores días, que solo fui parte de tu imaginación en una página de tu diario personal, una historia de amor que te aburrió y decidiste no escribir su final. 

viernes, 3 de julio de 2015

Gattaca (1997): La Salida

"For someone who was neve meant for this world, I must confess I'm suddenly having a hard time leaving it. Of course, they say every atom in our bodies was once part of a star. Maybe I'm not leaving... maybe I'm going home"


Adivina. 

He de irme pronto. Quise acelerar un poco nuestro encuentro para que no tengas tantas preguntas si no llegaras a conocerme. Me di prisa. Corrí desesperado entre la gente para saludarte. Corrí desesperado entre los autos para no dejarte. Corrí enloquecido entre la barra para no tener que encontrarte. Corrí sin un sentido, al final. Corrí para no volver a encontrarte, y para olvidarte.


He de irme pronto. No quiero regresar por esas calles. No quiero tenerte entre mis brazos como si fuera todo mentira. No quiero tus bromas ni tus sonrisas. No quiero dormir a tu lado, ni tocarte las manos. No quiero recordarte como el pequeño vendaval insomne que significaste para mi. No quiero saber tu nombre ni tu dirección. No quiero enterarme de que estás leyendo ni que estás escuchando. No quiero escuchar tus monólogos de personaje improvisado.


He de irme pronto. No pertenezco acá. No soy de tu mundo perverso donde todos debemos rendirnos ante una advertencia. No soy de tu mundo incendiario donde todos bailan por una gota de tus besos. No quiero ser de tu mundo en que todos corren por calles vacías preguntándose hasta cuándo. Mi mundo es diferente al tuyo. Mi mundo no es tu mundo. Mi mundo es una cinta agujereada entre el aire y una nube olvidada. Mi mundo es una película mala que nunca habrás de ver. 



He de irme pronto. No planeo dejarte ningún rastro de mi partida. No quiero ni siquiera ser un buen recuerdo, ni un fastidio, ni un susto. Te dejo espacio para toda una vida sin engaños. Te dejo una autopista sin límites ni huecos. Te dejo la velocidad, la órbita, la gravedad, la nave. Te dejo la libertad de no quedar atada a la tristeza. Lo que no te dejo es ese momento, malhadado momento, de vernos por primera vez. 


 He de irme pronto.





martes, 3 de febrero de 2015

Whiplash (2014): La avalancha


Grita, no me mires, solo grita como si estuvieras en una montaña de nieve y no existe nadie alrededor, te he dicho que no me mires, solo grita, grita como si tu voz pudiera romperle la cara a tu peor enemigo.

Ya ves, te lo dije, ahí viene la avalancha.

Era como si todo se detuviese en el punto en que recién empezaba, la guitarra en el hombro, un viejo parlante tocando aquella canción que tanto tiempo practicaste, a mí costado una banda, mi banda, la música como concepto de sentirse un poco mejor que los demás.


Qué pasó con esos sueños, qué pasó con los grandes escenarios revolucionando mentes con filosofía hecha melodía, dónde quedó el cambiar el mundo, ahora te veo y me da lástima verte así, ahora te veo siendo uno más, yendo al banco, chocando con gente indeseable cada día, cada puto día.


Creo que estoy un poco viejo para seguir hablando de esto, creo que todo sucede porque sucede, gran frase para alguien como tú, lo siento, nunca fui el artista que creíste que era, lo siento pero no me va tan mal cuando recuerdo y agarro la guitarra cuando te escucho tomar las baquetas.  



Ves, la avalancha aún nos puede llevar.