lunes, 21 de noviembre de 2011

Indecent Proposal (1993): Tentación

Dicen que la mejor manera de calmar una tentación es cayendo en ella, tal vez sea cierto, tal vez lo sea, pero duele saber que tú estés en esa situación, tú, mi chica, mi todo; y hoy, sin poder mirarte a los ojos, te digo que lo sé, sé de tu obsesión que atormenta tus noches, sé de aquel que existe sin saber quién es y que no puedes olvidarlo por el hecho de considerarlo prohibido, de considerarlo un pecado por no querer hacerme daño.


Me importa muy poco saber su nombre, me importa muy poco saber si es mejor que yo, tal vez lo sea, tal vez no, pero sí sé que me está robando lo que más quiero, me está robando el motivo por el cual vivo, me está robando tu cariño.


A veces se me acumula tanta rabia que quisiera gritarte y decirte que no confío más en ti, que eres mala por no ser fiel a una promesa que me hiciste, que era mentira cuando me dijiste que solo bastaba yo para hacerte feliz; y mírate ahora, quién diría que algún día me tendrías lástima, que te duele tanto no sentir más amor por mí y que con solo un movimiento de él podrías caer en sus brazos, que podrías hacerlo si no existiera, lo que hoy yo soy para ti, un estorbo sentimental, solo un pasado que es difícil olvidar.


Las noches son así, a veces se convierten en una tortura donde prefiero estar solo y no querer jamás que me vieras en ese estado, podría matarte con preguntas que en verdad me matarían a mí al escuchar las respuestas, pero al amanecer todo vuelve a tener un poco de paz, y que la verdad es que no podría odiarte y tal vez simplemente es hora de darme cuenta que mi tiempo terminó, y que tal vez, esta vez, mi apuesta falló.

No hay comentarios:

Publicar un comentario