La vida se puede resumir en una noche en la cual estás en medio de una fiesta y pasan acontecimientos que no tienen por que tener un final y ni siquiera deberían tener un comienzo, algunos malos, algunos buenos. La vida no es como una película con una trama, sino más bien es esa cierta cantidad de imágenes que solo narran lo que somos y lo que no podemos olvidar.

Tengo que confesar algo, soy débil y esa debilidad se basa en mi atracción irracional hacia las mujeres, las que se fueron, las que están, las que vendrán, no puedo vivir sin ellas y no es que me arrepienta de esa sed que se convierte en el motor de mi vida, solo que la mayoría de veces soy víctima de aquella belleza que hace nacer la poesía y la poesía te obliga a vivir el presente, es la droga que no te deja hacer planes ni pensar en las consecuencias.

Mi vida es esa noche de sábado en la que me emborracho tanto que hago cosas que sé que al día siguiente me arrepentiré, pero sé que habrá otras que querré repetir. No busco finales felices ni jamás intenté ser un mártir, aún quedan algunos días por vivir y espero tener tiempo para poder arreglar algo que hice mal, para decirte que jamás fue mi intención hacerte daño y recordarte que siempre tendremos una noche más.

No busco un futuro y me importa muy poco el pasado, estamos condenados a vivir el presente y por eso te digo que esta noche lo único que sé es que mañana moriría por verte otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario